El Maid of the Mist es toda una institución en las Cataratas del Niágara. Durante más de un siglo, este barco ha sido la mejor manera de acercarse a las cataratas desde el agua y resulta una visita imprescindible para muchos de los millones de turistas que se acercan cada año a este lugar mítico.
El Maid of the Mist tiene su origen en 1846 como un pequeño ferry que permitía cruzar entre las dos orillas del río -que es también la frontera entre los Estados Unidos y Canadá-. No obstante, tras la construcción del primer puente en la zona una década después abandonó su función de transporte para convertirse únicamente en una atracción para los visitantes. Aun así, en la segunda mitad del siglo XIX estuvo más de veinte años sin servicio hasta que en la última década del siglo XIX retomó su actividad.
Y como atracción turística sigue funcionando hoy. Desde 1895 hasta la actualidad, los barcos han ido cambiando pero el breve recorrido ha sido similar. La ruta opera desde la mitad de la primavera hasta el final del verano con una enorme popularidad. La estacionalidad no depende tanto del número de visitantes o la época del año, sino que viene determinada por los bloques de hielo que pueden caer por las cataratas hasta bien entrada la primavera y que pueden poner en peligro la seguridad de los viajeros. Cada temporada, los barcos no empiezan a funcionar hasta que las autoridades se aseguran que no hay peligro de que alguno de éstos vaya flotando por el río. Lo normal es que los barcos puedan empezar a navegar desde principios del mes de mayo, aunque -en el caso de inviernos suaves- es posible que algunos años el servicio comience en el mes de abril.
El Maid of the Mist hace un recorrido circular de unos 20 minutos de duración. En realidad, el Maid of the Mist no es una, sino dos rutas de barco diferentes, ya que una sale de la orilla canadiense y otra de la estadounidense. No obstante, ambas tienen el mismo nombre y la ruta sólo difiere en el muelle donde embarcan los pasajeros.
ACTUALIZACIÓN 2019: Aunque las rutas siguen siendo las mismas, el nombre del crucero que sale de Canadá ha dejado de ser Maid of the Mist para llamarse Voyage to the Falls, operado por la compañía Hornblower Niagara Cruises, supongo que para evitar confusiones con el del lado americano, que sigue llamándose Maid of the Mist.
El recorrido del Maid of the Mist (o Voyage to the Falls)
El recorrido del Maid of the Mist comienza acercándonos a las cataratas del lado americano, más pequeñas y que aún no nos salpicarán. A partir de ahí, el Maid of the Mist se irá acercando cada vez más a la catarata principal, las Horseshoe Falls, que son la atracción principal del recorrido. Al subir al barco nos habrán dado unos inconfundibles ponchos de plástico que, aunque pueda parecer estúpido ponerse en los calurosos días de verano, nos van a resultar muy útiles a medida que avance la travesía.
Según se va acercando el Maid of the Mist a las Horseshoe Falls, iremos notando poco a poco como el agua pulverizada de las Cataratas del Niágara nos va mojando hasta que, a partir de determinado punto, nos demos cuenta de que estamos completamente empapados. Hay que tener cuidado con las cámaras y, a ser posible, llevarlas en una bolsa de plástico, ya que pueden dañarse con la cantidad de agua que nos caerá encima en el punto más cercano a la catarata principal.
El recorrido del Maid of the Mist continúa hasta que llegamos al punto más cercano a las Cataratas del Niágara al que el barco puede acercarse con seguridad. En este punto, dará igual lo soleado que sea el día, una neblina nos tapará gran parte de la luz solar y nos veremos envueltos por una cortina de agua pulverizada, mientras notamos que el movimiento del barco se ha vuelto más intenso y que el ruido de las cataratas se ha convertido en un rugido atronador. La sensación de ver la catarata desde abajo es única.
Desde allí, un pequeño recorrido de vuelta hasta el muelle principal del Maid of the Mist en el que podemos empezar a secarnos y una última oportunidad para hacer fotos antes de desembarcar.
El precio del billete de la ruta del Maid of the Mist con salida en el lado canadiense en el verano del año 2012 era de algo menos de 20 dólares. No obstante, las excursiones organizadas desde Toronto suelen tener precios especiales. Algunas de ellas lo incluyen dentro del precio del tour, mientras que otras lo ofrecen como un extra y disponen de un precio de grupo algo más reducido.
Para quien se vaya a quedar en la zona algo más que unas horas le puede resultar útil también el Adventure Pass, que incluye el billete para el Voyage to the Falls, transporte público local y otras atracciones relacionadas con las Cataratas.
Normalmente, el servicio del Maid of the Mist o el Voyage to the Falls es frecuente durante la temporada turística, con lo que no suele haber problemas para unirse a alguno de los recorridos. No obstante, hay que tener en cuenta que en los fines de semana del verano podemos encontrarnos con muchos visitantes y, por tanto, con colas grandes. Si vamos en esta época del año y podemos ir entre semana, nos encontraremos con menos aglomeraciones. Para el barco del lado canadiense, también podemos comprar la entrada desde aquí.
La tarifa del Maid of the Mist puede resultar algo cara para los viajeros que se desplacen con presupuestos muy ajustados. Si realmente esos veinte dólares van a marcar la diferencia en la calidad de tu comida o alojamiento, el Maid of the Mist es algo de lo que puedes prescindir. No obstante, si te lo puedes permitir, es una experiencia fantástica y la posibilidad única de disfrutar de un espectáculo natural desde muy cerca.
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