Ottawa es la capital política y administrativa de Canadá y, posiblemente, la mejor expresión de la dualidad del país. Situada en la frontera entre las provincias de Ontario -anglófona- y Quebec -francófona-, es una ciudad tranquila, agradable y con unos atractivos turísticos concentrados en el llamado Confederation Boulevard.
A diferencia de otros países -en los que la capital coincide con la ciudad más poblada- Ottawa es sólo la cuarta ciudad por población de Canadá (superada por Toronto, Montreal y Calgary) y es una ciudad secundaria en el punto de vista económico, muy por debajo de la importancia de las cercanas Toronto y Montreal. Sin embargo, Ottawa es el centro político y administrativo del país, la sede del Parlamento de Canadá y de las principales instituciones nacionales y el lugar donde hay que estar si queremos conocer a fondo la política o la organización territorial canadiense.
Ottawa es también, desde mi experiencia, la ciudad donde se fusionan mejor las culturas anglófona y francófona del país y se puede vivir en una realidad bilingüe (aparte de la pequeña región marítima de New Brunswick, donde los dos idiomas son oficiales). Rótulos y carteles aparecen escritos en ambos idiomas y en cualquier parte del área metropolitana -que incluye a la ciudad quebequesa de Gatineau- podemos escuchar cualquiera de los dos idiomas indistintamente.
Y es que, aunque la ciudad de Ottawa propiamente dicha pertenece a la provincia anglófona de Ontario, su situación fronteriza con la provincia francesa de Quebec -de la que sólo le separa el río Ottawa y el Puente de la Confederación- hace que su área metropolitana esté dividida entre estas dos regiones y realidades sociales y culturales distintas.
En ese aspecto, Ottawa es una ciudad inclusiva y que sirve como punto de encuentro a ambas realidades sociales, por lo que resulta un lugar geográfica y culturalmente muy equilibrado para establecer la sede de las instituciones del país.
Confederation Boulevard y el Parlamento
Para los visitantes, Ottawa es una ciudad muy cómoda de recorrer. Edificios oficiales y museos nacionales forman la mayor parte de sus atractivos y casi todos ellos están ubicados en los alrededores de la zona de Parliament Hill, con el inmenso edificio del Parlamento de Canadá como eje central de la ciudad. Podemos recorrerlos prácticamente todos si seguimos la ruta turística conocida como Confederation Boulevard, que nos lleva por los principales lugares de interés de la ciudad.
El Parlamento es el punto turístico más importante de Ottawa y su torre principal -la conocida como Torre de la Paz de más de 90 metros de altura- es el símbolo de Ottawa. Ocupa la parte superior de la conocida como Parliament Hill y consta de varios edificios de estilo neogótico y sus jardines adyacentes. Entre ellos, el más destacado es el llamado Bloque Central, que alberga el Senado y la Cámara de los Comunes, además de la Torre de la Paz anteriormente citada.
No es difícil visitar el Parlamento. Todos los días hay un programa de visitas gratuitas guiadas por voluntarios, pero con un número de plazas limitadas. Para inscribirnos en ellas tenemos que recoger las entradas en el centro de visitantes que está justo frente al complejo del Parlamento. Las visitas incluyen un recorrido por las salas más importantes del Parlamento, así como la subida a la Torre. En la época de verano, los fines de semana o los días de más afluencia turística es muy recomendable acercarnos lo más pronto posible al centro de visitantes para recoger nuestras entradas, para no encontrarnos con la sorpresa de que ya estén agotadas.
Junto al Parlamento nos encontramos con el inicio del Canal Rideau y sus inconfundibles esclusas. Este canal permitía antiguamente la navegación comercial y militar entre Ottawa y la ciudad de Kingston, a orillas del Lago Ontario, con un recorrido de algo más de 200 kilómetros, aunque hoy sólo se utiliza para la navegación turística. La UNESCO lo declaró Patrimonio Mundial y, como curiosidad, cuando llega el invierno y su superficie se congela, se convierte en la pista de patinaje sobre hielo más grande del mundo.
Junto al Canal se levanta también el inconfundible hotel de cinco estrellas Chateau Laurier, cuya arquitectura nos recordará a algún castillo francés, y también podremos dar un bello paseo junto al río Ottawa con bonitas vistas del Confederation Bridge y la localidad de Gatineau, ya en la provincia de Quebec.
Los Museos de Ottawa
Junto a los edificios administrativos, las otras grandes atracciones turísticas de la ciudad de Ottawa son sus museos. Como capital de Canadá, Ottawa alberga varios museos nacionales de diversas temáticas, pero dos de ellos destacan especialmente: La Galería Nacional de Canadá y el Museo Canadiense de la Civilización. Ambos destacan tanto por la llamativa arquitectura de sus sedes, como por el valor de sus colecciones.
La Galería Nacional de Canadá está ubicada en un fantástico edificio de granito y cristal situado junto al río y al Puente de la Confederación. Cuenta con una colección permanente muy variada en la que destaca una recopilación de obras de pintores europeos de los siglos XV al XX -que incluye nombres como El Greco, Rubens, Rembrandt, Van Gogh, Monet, Cézanne o Picasso- y una interesante colección de arte contemporáneo, con varias obras de Andy Warhol como atractivo principal.
Para los visitantes extranjeros, también serán especialmente interesantes las colecciones de arte de las Primeras Naciones y la pequeña, pero sorprendente, sala de arte Inuit. Además, el museo alberga también exposiciones temporales que suelen tener cierta relevancia mundial. Una visita en condiciones puede llevarnos varias horas.
Cruzando el Puente de la Confederación, en apenas cuatro o cinco minutos desde la Galería Nacional, habremos llegado a la orilla norte del río Ottawa o, lo que es lo mismo, habremos atravesado la frontera entre la Canadá anglófona y francófona para llegar a la localidad de Gatineau, ya en la provincia de Quebec. Gatineau, aun siendo un municipio separado de Ottawa, forma parte del área metropolitana de la ciudad.
En Gatineau, junto al río, nos encontramos con el curioso edificio del Museo Canadiense de la Civilización, que presenta a sus visitantes algunos rasgos y particularidades de la historia y las diferentes culturas que han ayudado a formar el país. Curiosamente, tiene el honor de ser el más visitado de todos los museos que hay en Canadá.
Consta de cuatro partes principales: la Sala Central, con totems tradicionales e imágenes forestales; la Sala de las Primeras Naciones, dedicada a aquellos pueblos indígenas que ya habitaban en Canadá antes de la llegada de los Europeos, la Sala de Canadá, con una recreación de momentos destacados de la historia del país en la que también participan actores y la Sala de las Personalidades Canadienses, que nos permite conocer mejor a algunos personajes que han destacado en la historia del país o han contribuido de alguna forma a la historia mundial.
Otras cosas que hacer en Ottawa
Aparte de visitar los museos y edificios oficiales, hay algunas otras cosas interesantes que podemos hacer en nuestra visita a Ottawa. La geografía de la ciudad ofrece una preciosa vista de Parliament Hill desde algunos puntos de la ciudad. Los mejores, sin duda, el mirador del Major’s Hill Park, donde incluso hay unas pequeñas gradas para que podamos sentarnos a disfrutar de la vista y- ya en la orilla norte del río- tanto desde el jardín situado frente al agua como desde un pequeño mirador ubicado junto al Museo Canadiense de la Civilización podemos disfrutar de excepcionales vistas de la colina principal de la ciudad y del comienzo del Canal Rideau.
También es muy agradable, sobre todo los días que hace buen tiempo, pasearnos por la zona del ByWard Market, donde se concentran fantásticos pubs, restaurantes, pequeñas tiendas de alimentación y puestos de artesanía. El mercado, en sí, es pequeño; pero en sus proximidades siempre hay mucho movimiento.
Podéis aprovechar vuestra visita, también, para probar la especialidad de la repostería local que es la llamada cola de castor. El castor es el animal más típico de Canadá y este postre consiste en una masa frita alargada y plana (con forma semejante a la cola de un castor) a la que se le añade por encima algún tipo de dulce como miel o mermelada.
Llegar a Ottawa
Ottawa está bastante bien comunicada con las dos principales ciudades de Canadá: Toronto y Montreal. De ellas, la más cercana es Montreal, situada a menos de 200 kilómetros y a menos de dos horas de autobús o tren de la capital canadiense, lo que hace perfectamente posible una excursión de un día a la ciudad.
Desde Toronto, por su parte, el viaje tanto en autobús como en tren dura cerca de cinco horas, lo que hace mucho más difícil poder visitar la ciudad en un día, pero la convierte en un buen destino para un fin de semana.
Si estamos haciendo una ruta turística por el Este de Canadá, Ottawa es una parada obligada entre Montreal y Toronto. Ver la ciudad no os llevará mucho tiempo -aunque dependiendo de la cantidad de museos que queráis visitar y el detalle con el que lo queráis ver la visita puede ser más larga de lo previsto-, pero es una muy buena parada intermedia que os permitirá dividir en dos el viaje entre ambas ciudades y que también resulta muy agradable de ver.
Hay bastantes hoteles, albergues y casas de huéspedes en Ottawa, por lo que el alojamiento no será un problema. Si os sirve nuestra experiencia, nos alojamos en una pequeña casa de huéspedes muy cercana a Parliament Hill, llamada Gold Door Inn. Una casa pequeña, pero acogedora y agradable y con un trato muy personal -eso sí, no apto para quien tenga problemas subiendo escaleras-. Interesante, especialmente si les queda disponibilidad en la oferta especial de Booking.
Y, para quien quiera alojarse en un lugar muy especial, el Alberge de Hostelling International en Ottawa puede ser una buena experiencia, ya que está situado en lo que era la antigua cárcel de la ciudad y parte de los dormitorios están situados en las antiguas celdas.
Estupenda informacion sobre Ottawa es interesante saber como ustedes indican que la capital canadiense no es la mas poblada del pais y ademas de una armonia anglófona y francófona de la ciudad me gusto mucho saber que la visita al parlamento tenga tour gratuitos.