Jasper es uno de los centros de invierno más populares de las Montañas Rocosas canadienses, junto con Banff. Está situado ya en la provincia de Alberta y, después de casi 20 horas de trayecto, supone la primera gran parada del tren de Vancouver a Toronto.
Después de casi una hora y media de parada, el tren se vuelve a poner en marcha en dirección a Edmonton. Sin solución de continuidad nos ofrecen las reservas para la cena y me ofrecen el primer turno, que resulta comenzar a las cinco y media de la tarde.
Llegamos al comedor mientras el maquinista frena la máquina para que podamos ver cómodamente un rebaño de ciervos que pastan a un lado de la vía. Me sientan con tres personas completamente desconocidas con las que entablo una conversación amable, aunque algo insulsa. Mientras, nos sirven un buen pollo con salsa de melocotón y verduras, una ensalada y algo de café por algo más de 15 euros con propina incluida. La calidad de la comida del restaurante del tren es buena y el precio, más que aceptable.
Salimos del vagón restaurante cuando comienza a caer la luz. Fuera, el tiempo ya es gris y lo que antes eran montañas cada vez deja más claros desde los que se ven llanos y lagos helados cubiertos por la nieve. De vez en cuando aparece ya junto a la vía alguna carretera y hasta algún pequeño pueblo de cuatro o cinco casas aisladas del mundo. Sin embargo, parece que seguimos viviendo en el vacío.
A las nueve y media de la noche, se apagan las luces del vagón y quedan sólo las luces de la penumbra acrecentadas por el brillo ocasional de la pantalla de un ordenador o de una luz individual de lectura. Algunos viajeros empiezan a caer ya rendidos por el sueño, mientras que otros prefieren ir al vagón panorámico o a su salón vecino, donde se han formado tertulias y la luz no se apagará en toda la noche.
Edmonton y Saskatoon
Alrededor de la medianoche llegaremos a Edmonton y tendremos unos minutos de parada que no podremos aprovechar para otra cosa que no sea estirar las piernas. Mañana, a las seis y media de la mañana, nos despertarán para el desayuno y, unos minutos después, volveremos a cambiar de huso horario antes de llegar a Saskatoon.
El cansancio empieza a aparecer a esta hora de la noche, pero quiero llegar despierto a Edmonton. El día ha sido muy productivo, sobre todo la mañana, y he sacado varios artículos que tenía atascados, pero llega un momento que parece que al teclado se le secan las palabras. En este momento, llevo 24 horas de viaje de tren. Hace un par que he batido mi récord con cierta comodidad y sin sentirme agobiado, pero sé que habrá momentos en los que la paciencia empiece a fallar. De momento, aguanta hasta Edmonton.
Edmonton es, junto con Calgary, una de las dos ciudades más importantes de la provincia de Alberta, pero llegamos muy tarde y la estación está lejos de la ciudad, por lo que nos tenemos que conformar con dar una vuelta por el edificio bajo de ladrillo de la estación. Sólo podemos intuir algunos edificios altos a lo lejos cuando salimos al andén.
Después, nos queda el desafío de poder dormir en el trayecto. Ya por segunda noche consecutiva.
Tercera Parte: De Edmonton a Winnipeg, las Praderas
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