La ciudad de Quebec, capital de la provincia francófona canadiense del mismo nombre, es la imagen por excelencia de la colonización francesa en Canadá y conserva en su centro histórico la esencia y la arquitectura colonial europea.
Aunque ha perdido gran parte de su poderío político y económico del pasado en beneficio de la más cosmopolita Montreal, la ciudad de Quebec sigue siendo uno de los principales atractivos turísticos de Canadá, especialmente para los turistas del continente americano, que aprecian la esencia de encontrar una ciudad en su continente con un casco histórico y alma europea.
La ciudad de Quebec es, por decirlo de alguna manera, la esencia de la francofonía en Canadá. Así como Montreal cuenta con una importante población angloparlante y- aunque oficialmente sea fancófona- se puede hacer una vida cotidiana también en inglés, la ciudad de Quebec vive totalmente en francés. Por tanto, lo primero que tenemos que tener en cuenta al visitar la ciudad es que fuera de las áreas turísticas- donde no tendremos problemas para comunicarnos en inglés- la mayoría de sus habitantes sólo domina el francés. Esto supone algunos pequeños problemas de comunicación para quien no lo hable, pero también nos muestra una población culturalmente más cercana a lo latino que en las zonas anglófonas del país.
La ciudad de Quebec tiene, también, fama de ser una de las más frías de Canadá. Se dice que cuando en Montreal ya ha llegado la primavera -que. por cierto, es bastante tarde-, en Quebec aún queda casi un mes de invierno. Pasar por ella en la época más fría requiere valor para soportar muy bajas temperaturas, pero también ofrece algunos premios a cambio, como la posibilidad de disfrutar del hotel de hielo o el carnaval.
La ciudad de Quebec está situada a unos 250 kilómetros al noreste de Montreal, siguiendo el transcurso del río Saint Laurent, en cuya desembocadura se encuentra la ciudad. Es, también, la puerta de las Provincias Marítimas para todos los que vamos de camino desde Toronto o Montreal hasta el Este de Canadá.
Nueva Francia
Precisamente, estar ubicada en la desembocadura del río Saint Laurent- que comunica el Lago Ontario (con ciudades en sus orillas como Toronto o Kingston) con el Océano Atlántico pasando por ciudades como Montreal- hizo de la ciudad de Quebec un punto de interés especial para los colonizadores franceses que tomaron el lugar como punto de partida de sus exploraciones hacia el interior de la región en el siglo XVI y decidieron transformar el asentamiento en una ciudad a principios del siglo XVII, convirtiéndolo en uno de los primeros establecimientos permanentes de la colonización europea en América del Norte.
Quebec fue el corazón de la llamada Nueva Francia y siguió siendo el gran bastión francófono de Canadá, aun después de haber pasado a estar bajo dominio británico a mediados del siglo XVIII. Nada pudo eliminar aquella influencia francesa con el tiempo, incluso el hecho de que la ciudad fuera capital de Canadá por unos años a mediados del siglo XIX, durante los años de indecisión anteriores a que la capitalidad se estableciera definitivamente en Ottawa, en la frontera entre Ontario y Quebec.
La influencia francesa queda patente, sobre todo, en la arquitectura de la ciudad vieja, el Vieux Quebec, declarado Patrimonio de la Humanidad, con su casco histórico de casas bajas de piedra y calles estrechas.
Qué ver en Quebec: el Vieux Quebec
El Vieux Quebec es la zona más interesante que ver en Quebec. Está situado sobre una colina que domina el centro de la ciudad, con vistas a la desembocadura del río Saint Lawrence, en una zona conocida como la Ciudad Alta (o Haute Ville). Su zona histórica- con edificios bajos, algunos de ellos de la típica piedra gris oscura de la región y con tejados en pico- nos llevará una buena parte de la visita y nos llamará la atención por su carácter único en Canadá.
Sin embargo, si hay un edificio que destaca sobre todos los demás del centro histórico y se he convertido en el emblema de lo que ver en Quebec -aparte de la gran imagen de la ciudad- es el llamado Chateau Frontenac, un hotel famoso por su torreón central mayor y sus torreones laterales de forma circular y con tejados en pico.
Curiosamente, el hotel no es -ni de lejos- de los edificios más antiguos de la ciudad (es de finales del siglo XIX), pero está situado frente a la parte más visible de la colina desde la orilla del río Saint Laurent, lo que ha hecho que su estampa sea onmipresente en la vista desde el río, que es la escena más pintoresca que ver en Quebec. Frente al hotel tenemos el paseo de la Terrasse Dufferin, desde el que tenemos muy buenas vistas de la ciudad baja y las dos orillas del río Saint Laurent.
Los edificios de interés del Vieux Quebec están concentrados en una escasa distancia. El Ayuntamiento, la basílica de Notre Dame de Quebec, la Asamblea Nacional de Quebec y la antigua ciudadela están situados bastante cerca, por lo que lo mejor para movernos por la zona es caminar por entre las calles pequeñas del barrio. Todo ello está situado dentro del recinto de las murallas de la ciudad de Quebec, la única ciudad fortificada que existe en todo Estados Unidos y Canadá.
Para acceder al Vieux Quebec tenemos una serie de calles cortas, pero muy empinadas que suben desde la zona de la Ciudad Baja y el Puerto, aunque si queremos acortar camino o llegar de una forma más pintoresca podemos tomar las escaleras de Casse-Cou (literalmente, en español, «Rompecuellos») o el pequeño funicular.
El río Saint Laurent y el Bajo Quebec
El río Saint Laurent es fundamental a la hora de hablar de la ciudad de Quebec. Es en la ciudad de Quebec donde se empieza a ensanchar hasta desembocar en el Océano Atlántico, dejándonos en esta desembocadura un reguero de pequeñas islas, algunas de las cuales forman excepcionales parajes naturales.
Pero lo más bonito, sin duda, es disfrutar de las vistas de la ciudad de Quebec desde el río Saint Laurent o desde la ciudad de Levis, en la orilla sur del Saint Laurent. Si tenemos tiempo, una de las mejores opciones para disfrutar de la vista del casco histórico del Vieux Quebec desde el río es tomar algún crucero turístico, aunque también podemos hacerlo de forma mucho más barata tomando el ferry de transporte público que hace el recorrido desde el puerto de Quebec hasta Levis en pocos minutos.
La ciudad de Quebec es también un importante destino de cruceros en América del Norte, por lo que suele ser una escala muy habitual en los barcos que recorren la zona del Noreste de Estados Unidos y Canadá. En unas horas apenas nos dará tiempo de ver la parte histórica de la ciudad, las vistas desde el río y disfrutar de la buena gastronomía con influencias francesas de Canadá -la región de Quebec es la que ofrece una mejor variedad y calidad gastronómica de todo Canadá-.
No obstante, si podemos visitar la ciudad de Quebec con algo más de tiempo, sería bueno que nos desplazáramos a las cercanas Cataratas Montmorency -a unos 15 kilómetros al noreste de la ciudad siguiendo la desembocadura del río Saint Laurent-, que tienen fama de ser más altas que las Cataratas del Niágara. Además, en las proximidades tenemos la iglesia de Sainte Anne de Beaupré, famosa por estar considerada una basílica milagrosa que recibe a miles de peregrinos todos los años.
En otro artículo os hablaremos de las proximidades de la ciudad de Quebec, su entorno natural e, incluso, la posibilidad de hacer excursiones para ver ballenas no lejos de la misma.
También hablaremos entonces de dos atracciones únicas de la ciudad de Quebec en su durísimo invierno: el Carnaval de invierno y el hotel de hielo.
Llegar a la ciudad de Quebec
Dentro de lo que son las ciudades turísticas de Canadá, la ciudad de Quebec está cerca y bien comunicada con Montreal, por lo que es recomendable desplazarnos desde allí. El viaje desde Montreal a Quebec dura algo más de tres horas tanto en tren como en autobús y hay servicios frecuentes en tren con ViaRail y en autobús con Orleans Express. El tren sale de la estación central -metro Bonaventure- y el autobús de la estación de Berri-UQAM.
Otra opción que funciona muy bien en la provincia de Quebec es el coche compartido. La compañía Amigo Express te pone en contacto con personas que hacen la ruta para repartir gastos en gasolina y se encarga de los pagos (la web está en francés).
Desde otras ciudades de Canadá, llegar a Quebec City supone bastante más tiempo debido a la distancia. Desde Toronto, por ejemplo, la práctica totalidad de conexiones de autobús y tren obligan a hacer un transbordo en Montreal. Dependiendo de la duración de este transbordo, el viaje en transporte público puede prolongarse de 10 a 12 horas.
Es recomendable, por tanto, que si visitamos Quebec City desde Toronto nos organicemos para combinarlo con una ruta con parada en otros puntos intermedios de la provincia de Quebec -en especial con Montreal-. Evidentemente, también podemos desplazarnos en avión, pero recordemos que viajar por Canadá en avión es bastante caro.
Como hemos comentado, también es habitual que la ciudad de Quebec sea una escala dentro de los cruceros organizados por el noreste de Estados Unidos y Canadá.
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